Desde este idílico enclave costero, se abren rutas de snorkel que permiten descubrir un mundo submarino lleno de vida y color. Sumergirse aquí es una experiencia accesible para todos, ideal tanto para los que prefieren observar desde la superficie como para aquellos que deseen explorar más de cerca las maravillas que esconde el fondo marino. En este recorrido por la parte derecha (zona sur) de la playa, nos adentraremos en un ecosistema de aguas claras y tranquilas, donde la arena se mezcla con formaciones rocosas y praderas de posidonia que albergan una diversidad impresionante de especies.
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Desde este idílico escenario se pueden hacer diversas rutas acuáticas. Aquí os describimos la ruta que abarca la parte derecha (área sur) de la playa. Una vez en el agua, nos adentramos buscando el punto donde la arena se encuentra con un fondo rocoso que inicialmente aparece como placas de roca desnuda para luego adoptar la forma de piedras tapizadas de algas. Progresivamente hará aparición la pradera de posidonia que va cubriendo los numerosos islotes de roca que se encuentran a nuestra izquierda. Entre la posidonia se pueden observar numerosas especies como las brillantes salpas que patrullan entre estos jardines submarinos. También será fácil el encuentro con peces aguja, que son habituales de aguas claras y superficiales y, ya entre las rocas, sargos, serranos, tordos y doncellas.
Aunque toda esta vida marina la podrás observar simplemente flotando en la superficie, merece la pena tomar aire y descender hacia el fondo para descubrir detalles que de otro modo nos pasarán desapercibidos. La profundidad máxima no supera los 4 o 5 metros. Al llegar a un pequeño islote, que realmente es una prolongación rocosa del litoral, daremos la vuelta y regresaremos más pegados a la costa, donde el fondo es más rocoso y aún menos profundo.
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