El Monumento al Riberer en Benissa es un tributo conmovedor y lleno de historia que honra a los ribereros, trabajadores temporales que, durante generaciones, migraban dos veces al año desde Benissa hasta los campos de la Ribera del Júcar en Valencia. A pie y vestidos con humildes ropas, llevaban consigo un capazo de palma con alimentos preparados por sus familias y recorrían el largo camino para trabajar en el cultivo y la recolección del arroz. Su esfuerzo y sacrificio eran fundamentales para completar los ingresos de sus familias, ya que las tierras de secano de Benissa no les permitían cubrir sus necesidades básicas.

A lo largo de los años, los riberers, conocidos como “blavets” por su blusón azul, se despidieron de su pueblo en el camino viejo de Valencia, donde rezaban una Salve frente a una roca desde la cual divisaban por última vez el campanario de la iglesia fortaleza de Benissa. Esta escena es precisamente la que representa el monumento, que fue financiado por suscripción popular e inaugurado en los años ochenta. La escultura captura con gran realismo la dureza y dignidad de estos trabajadores, reflejando no solo su labor, sino también su importancia en la identidad cultural de la comunidad.

La relevancia de los riberers es tal que se les dedica un día en las fiestas de la Puríssima Xiqueta, la patrona de Benissa, el lunes siguiente al cuarto domingo de abril. Aunque la emigración de jornaleros decayó en la segunda mitad del siglo XX, la festividad en su honor se mantiene viva, con actividades que culminan en una ofrenda de flores en el monumento.

Este monumento, con sus placa informativa y eventos conmemorativos, invita tanto a residentes como a visitantes a conectar con la historia y el patrimonio cultural de Benissa. Es una parada obligada para quienes desean comprender el papel fundamental de los riberers en la comunidad y valorar el esfuerzo colectivo que ayudó a construir la identidad de Benissa.